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23 de junio "Día de la Mujer Ingeniera"

Los estudios técnicos todavía están representados, en su mayoría, por hombres. En un contexto en el que estamos haciendo progresos mayúsculos en la consecución de la equidad de género y en el que las mujeres van abriéndose camino en profesiones que, tradicionalmente, han sido de hombres, es evidente que todavía hay mucho camino a recorrer y que una minoría de mujeres están representadas.

Nos lo explica Judit con motivo del Día Internacional de la Mujer Ingeniera, que se celebra el día 23 de junio para conmemorar y reivindicar el papel de las mujeres en un sector en el que todavía están poco representadas. De hecho, los datos hablan por sí solos: sólo el 29% del alumnado de ingeniería son mujeres, según la Fundación Caja de Ingenieros.

Judit es de las pocas mujeres estudiando el grado de ingeniería electrónica industrial y automática en la URV, y recuerda que escogió el grado justo después de la selectividad. Durante el bachillerato ya había ido eligiendo asignaturas relacionadas, como tecnología o física, pero nunca se había planteado qué estudiar. Así, aunque todavía son pocas las mujeres que se decantan hacia estudios técnicos, se van introduciendo poco a poco en uno de los sectores con mayor empleabilidad.


En el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales, tenemos un total de 1.233 colegiados, de los cuales sólo 96 son mujeres. Maria Dolors Díaz Fortuny fue la primera colegiada del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Tarragona. Se colegió en 1970 y desde entonces, se han ido colegiando otras mujeres: Valeria Camila Montoya Cortés fue la última, el pasado mes de marzo.

La mayoría de mujeres colegiadas provienen del sector de la química, y en menor representación de la ingeniería eléctrica, mecánica y electrónica, respectivamente. Por edades, la mayoría están en activo y, un total de 61, se encuentran entre los 40 y 49 años, mientras que de los 20 a los 39, tenemos 17 colegiadas. Por eso creemos que es el momento de animar a las ingenieras más jóvenes a formar parte del Colegio, un organismo que les puede ayudar a desarrollar su carrera profesional ya dar un impulso.

Hemos querido hablar con Judit porque es un ejemplo del futuro de nuestra profesión y que contribuirá a rebajar la brecha de género. De hecho, confiesa que hay una falta evidente de referentes en su ámbito: las mujeres jóvenes no tienen a nadie con quien identificarse: «quizás tienes alguna profesora que es ingeniera, o las ves en las jornadas de puertas abiertas, pero ingeniería no es de cara al público», como ocurre con otras profesiones, y se hace difícil encontrar a alguien con quien reflejarse.

Aunque el talento de las mujeres en este sector es indiscutible, a menudo ha quedado escondido. Tenemos ejemplos de mujeres que han hecho historia en su campo y muchas veces han quedado invisibilizadas. Isabel Trabal fue la primera ingeniera industrial catalana (1949) siendo la única de su profesión; las obras del puente de Brooklyn fueron dirigidas y supervisadas por la ingeniera Emily Warren Roebling; y, en España, Pilar Careaga Basabe fue la primera mujer ingeniera titulada y la primera en conducir un ferrocarril. Pero podemos encontrar más ejemplos: Helen Augusta Blanchard desarrolló hasta 28 patentes, muchas de ellas relacionadas con la máquina de coser. Mary Anderson inventó el limpiaparabrisas. ¡Y un largo etcétera de mujeres que han hecho progresar nuestra profesión!

Judit es integrante del equipo URVoltage Racing, que participa en la MotoSutdent, una competición de carácter universitario e internacional que se celebra cada dos años en Alcañiz (Aragón) y en la que se debe presentar el prototipo de una moto eléctrica que cumpla con los requisitos técnicos y de seguridad para poder correr.

El equipo está formado por una veintena de estudiantes de los distintos grados de ingeniería: mecánica, eléctrica, electrónica, comunicación y también gestión. Judit que explica que es una oportunidad para trabajar en equipo y para poner en práctica muchos conocimientos adquiridos en las diferentes asignaturas. Participar es voluntario (no hay recuento de créditos) y los estudiantes invierten horas libres (tardes y fines de semana, cada uno con sus trabajos asignados. En este caso, Judit ha estado vinculada a la parte electrónica ya la parte final de montaje, después de que se hayan superado las demás fases como el diseño inicial o la selección de materiales.

Judit ha participado en las dos últimas ediciones, de manera voluntaria, y es de las únicas mujeres que lo ha hecho, pero valora positivamente la experiencia. De hecho, con este tipo de iniciativas se pueden mejorar técnicas de nuevos sistemas que permitan evolucionar el mercado automovilístico: «normalizas» la conducción eléctrica a nivel competitivo y se comprueba que se puede alcanzar cada vez mayor autonomía. Tiene ganas de terminar los estudios e introducirse en el mundo laboral, donde cree que puede aportar muchos de los conocimientos adquiridos, pero también darle otra perspectiva. Le gusta el mundo de la industria del automóvil, que no siempre es evidente, pero tiene una parte importante de electrónica: «No podemos quedarnos estancados en la gasolina, que no es la opción más óptima, pero también hay que investigar en las baterías» y cómo contribuir en la preservación del medio ambiente.