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"El futuro de la ingeniería implica aportar valor añadido"

Nombre: Gerard Burjalès del Amo

Edad : veinticuatro años

Actualmente: Estudiante en la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) del Máster en Ingeniería Eléctrica especializándose en electrónica de potencia y circuitos integrados. Trabajando en un trabajo de estudiante en una empresa de electrónica de potencia que compagina con sus estudios. Este último semestre ha tenido la gran oportunidad de estar trabajando de profesor asistente en un par de asignaturas de electrónica de potencia en el ámbito de grado y máster en la DTU.

¿Desde cuándo te viene tu devoción por el mundo de la ingeniería?

  Desde muy pequeño siempre quería saber el porqué de las cosas (era mi libro favorito). Con seis siete años me gustaba “toquear” aparatos electrónicos que ya no funcionaban. Los cogía y los desmontaba, decía que era para arreglarlos, pero casi siempre, al principio, les rompía más. De mayorcito, cuando me preguntaban que querría estudiar, señalaba la mesa de sonido del grupo de teatro amateur de mi pueblo, La Pobla de Mafumet. Decía que en unos años las diseñaría. Actualmente, tengo un trabajo de estudiante en paralelo con los estudios de máster en los que precisamente diseñamos electrónica de potencia para escenarios.

¿Cuándo comienza tu aventura en el mundo de la ingeniería y por qué estudios has pasado? ¿Crees que es importante la constante formación en este mundo?

Comencé estudiando el doble grado en Ingeniería eléctrica y electrónica en la URV. Fue una muy buena decisión por la calidad docente y la gran cantidad de sesiones didácticas de laboratorio, que se han convertido en los fundamentos de mi formación en la ingeniería. Pero fue en cuarto donde empezó mi aventura internacional. Hice una estancia de un cuatrimestre en la Universidad Técnica de Brno (VUT), en Chequia. Fue una experiencia muy interesante y, poco después, me salió la oportunidad de realizar prácticas extracurriculares en BRP-Rotax, en Austria, en una empresa de motores donde desarrollé uno de los dos trabajos finales de grado. En este caso sobre el estudio de la calidad de la combustión mediante el análisis de la corriente de ionización por las bujías del motor. Terminado el grado volví a Tarragona para trabajar en Fermator, líder mundial en puertas de ascensores. Allí me salió la oportunidad de seguir formándome en una de las mejores universidades de Europa, la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU). Aceptarlo fue una de las decisiones más importantes que me ha tocado tomar. No fue fácil, pero sí una oportunidad única.

¿Por qué decidiste para ir a estudiar el Máster?

Oí hablar muy bien de la DTU, el máster es gratuito y el gobierno danés te paga por estudiar si trabajas un mínimo de diez-doce horas a la semana. Es lo que hago y me permite compaginar mis estudios con el trabajo y vivir en Copenhague. El éxito de la DTU se basa en ser capaz de atraer talento internacional, apostar por la investigación, trabajar de forma colaborativa y ser la universidad técnica de referencia del país. La educación es extremadamente flexible y se centra en la realización de proyectos interesantes (porque en muchos casos los eliges tú), con financiación y en la mayoría de los casos en grupo. Estoy aprendiendo mucho aunque el ritmo puede hacerse frenético en algunos momentos, lo estoy disfrutando muchísimo.

¿Y te queda tiempo libre por alguna afición?

Es curioso, pero he empezado a hacer castillos en Copenhague. Tengo pendiente encontrar una asociación de teatro en esta ciudad, ya que siempre me ha gustado mucho. Y he reanudado el deporte y he empezado a correr y quiero reanudar las carreras de orientación pronto.

Eres el colegiado del CETIT más joven. ¿Qué crees que puede aportar tu juventud al sector de la ingeniería?

  Pienso que los jóvenes tenemos mucho que decir, de nosotros dependerá continuar con el Colegio y el futuro de la profesión en el territorio. Creo, y aquí dejo la propuesta, que sería muy interesante poder crear vínculos entre generaciones ofreciendo la posibilidad de crear una mentoría generacional incluso con estudiantes a punto de terminar para atraerlos hacia el Colegio. Tener un referente es clave, te ayuda a tomar decisiones y te permite dar un salto temporal y reflejarte. La experiencia de muchos de los profesionales con solera de la casa es clave para nosotros y no podemos dejarla escapar. Y estoy seguro de que de estas mentorías, los mentores también sacarían provecho.

Formaste parte de URV Voltage Racing, un proyecto que empezó a andar en 2016 de la mano de estudiantes de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona, que participaron en el certamen de Moto Student. Su objetivo fue diseñar y construir una moto eléctrica y competir con universidades de todo el mundo. ¿Cómo valoras la experiencia?

Estuve del 2018 al 2021 y nada ha marcado más mi paso por la URV como este proyecto, al que el Colegio apoya. Ha sido donde más he aprendido de ingeniería pero también del trabajo en equipo. Tuvimos la increíble suerte de ser un equipo muy cohesionado y competente con un objetivo común que nos permitió hacer la que ha sido la moto más nuestra de la historia de Urvoltage, diseñando el máximo de elementos posibles nosotros mismos. Un ejemplo de que nuestra decisión fue un éxito es que nuestro jefe de electrónica diseñó el sistema de gestión de la batería (BMS) desde cero y ahora mismo está trabajando en Wattius, una empresa joven que los diseña, creada en Tarragona y que seguro llegará muy lejos.

El año pasado, en 2023, en el marco de la Diada del ingeniero, fuiste premiado con el premio Trabajo Fin de Grado “Lluís Roca Garcia”, un reconocimiento que el PEQUEÑO hace a las nuevas generaciones de ingenieros e ingenieras . Fue con el proyecto Obtención por medio de las curvas de consumo horarias de la potencia pico de una instalación fotovoltaica. Resumidamente, ¿en qué recae su importancia?

El trabajo desarrolla una herramienta que permite que, en un par de horas, puedas analizar de forma extremadamente cuidadosa todos los puntos de consumo eléctrico, por ejemplo, de una gran ciudad, indicarte dónde sale a cuenta instalar paneles solares y cuántos. Creo que es importante demostrar cómo los datos pueden ayudar a tomar decisiones y lo importante que es crear herramientas que nos ayuden a hacerlo. Recibir el premio fue una alegría. Que el Colegio de Ingenieros me reconozca el trabajo realizado es muy gratificante y evidentemente estoy muy agradecido, ya que ha sido una forma increíble de empezar mi carrera profesional.

¿Qué les dirías a los jóvenes que quieren dedicarse a este mundo? ¿O a aquellos que dudan en hacerlo?

Que la sociedad nos necesita para seguir avanzando porque nuestra tarea es diseñar el futuro: desde las casas en las que viviremos, hasta los aparatos médicos que salvarán y alargarán nuestras vidas. Además, es un sector con muchas oportunidades laborales que, en muchos casos, todavía no sabemos ni que existen. Y un consejo, aunque durante la carrera pienses que hay conocimientos que después no vas a utilizar, casi todos los puedes llegar a aplicar porque para resolver un problema nunca hay una solución ideal y cuantas más opciones seas capaz de plantear, mejor.

¿Cuál crees que será el futuro de la ingeniería?

El futuro de la ingeniería implica aportar valor añadido y todas las labores burocráticas, administrativas y de fácil sustitución por inteligencia artificial están tocadas de muerte. Debemos asumirlo y subir al carro, de no hacerlo dejaremos de ser competitivos.

Entrevista: Montse Solé