El documento "Ventilación y sistemas de climatización en establecimientos y locales de concurrencia humana" publicado por el Departamento de Sanidad de la Generalidad de Cataluña, indica lo siguiente:
"La principal vía de transmisión del virus SARS-CoV-2 es la vía aérea, a través de pequeñas gotas que se producen cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, a distancias cortas (gotas superiores a 5 micras). Estas gotas son relativamente pesadas, no viajan lejos y se depositan rápidamente en el suelo o en las superficies cercanas. Por ello una de las principales medidas para evitar el contagio es mantener la distancia entre personas de 2 metros.
Sin embargo, el virus puede ser viable al aire unas horas en aerosoles más pequeños (inferiores a 5 micras) que pueden desplazarse a más distancia, transportados por flujos de aire o por conductos de aire de los sistemas de climatización. Aunque esta vía de transmisión por aerosoles pequeños es menos probable, hay que tenerla en cuenta y adoptar algunas medidas preventivas al respecto.
Es importante considerar la ventilación como medida efectiva de prevención y control de la enfermedad. La renovación del aire tiene efecto sobre todo para reducir estas gotas más pequeñas, que pueden permanecer horas en suspensión en ambientes cerrados.
Por otra parte, la recirculación del aire producida por unidades de tratamiento de aire puede ayudar a mantener los aerosoles en el ambiente, evitar que precipiten por gravedad y recircular los mismos, aunque estos equipos, sin embargo, no amplifican la concentración de virus ".
En base pues a las informaciones publicadas por las autoridades sanitarias, así como de otras voces de reconocido prestigio dentro del sector de la ventilación y climatización, el Consejo de Colegios de Ingenieros Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Cataluña, como representante de los profesionales que diseñan y ponen en servicio este tipo de instalaciones, consideró oportuno preparar el presente decálogo de buenas prácticas para ayudar con la nueva situación surgida a raíz de la pandemia.
Hay que recordar que las instalaciones de climatización y ventilación se encuentran reguladas en el Real Decreto 1027/2007, por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), así como sus modificaciones posteriores. En este sentido, se debe tener muy presente el artículo 26 del mismo donde se establece que, cualquier instalación a partir de 5 kW de potencia térmica nominal total instalada, debe ser mantenida por una empresa debidamente autorizada y que, por las instalaciones con potencia térmica nominal total instalada superior a 70 kW, este mantenimiento se llevará a cabo en base al correspondiente contrato de mantenimiento y también por parte de una empresa autorizada.
El RITE, a su Instrucción Técnica IT-3 Mantenimiento y uso, desarrolla una serie programas de mantenimiento preventivo, de gestión energética, de uso y funcionamiento, así como otros (recogidos en las ITs 3.3 a 3.7), donde se establecen las operaciones mínimas que deberán llevarse a cabo en las instalaciones térmicas.
No obstante, dada la situación excepcional ya comentada, se hará necesario tomar una serie de medidas adicionales de tipo operativo y preventivo, aplicar mejoras sobre los sistemas existentes o incorporar nuevas tecnologías, para reducir el riesgo de transmisión. En situaciones tan complejas como la provocada a raíz de la aparición de la Covidien-19, cada medida aplicada en este ámbito será efectiva, no de forma individual, sino sumada a una serie de actuaciones.
El siguiente decálogo trata de los conceptos, elementos y acciones más importantes de cara al problema presente, pero cualquier decisión al respecto deberá ser comprobada de acuerdo con sus particularidades por un técnico con demostrada capacidad y experiencia.
A - Actuaciones sobre los sistemas de ventilación mecánica
- Aumentar el caudal del sistema al 100% de su capacidad, trabajando con el 100% de aire exterior sin recirculación, aunque perdamos la eficiencia energética de los recuperadores de aire.
- Medir la cantidad de aire exterior que llega hasta las plantas, equipos terminales o difusores. Hay que reconsiderar la ocupación máxima de personas por zonas, a fin de obtener un índice de caudal de renovación aumentado hasta 20 l / s persona (IDA1), con un mínimo de 12,5 l / s persona (IDA2).
- Establecer los horarios de los sistemas de ventilación diferentes a los de trabajo de las personas. Se recomienda activar los sistemas de ventilación 2 horas antes del inicio de la actividad y mantenerlo 2 horas después de que termine, a fin de extraer los contaminantes generados por los ocupantes. Si disponemos de sistemas de medida de CO2, veremos la eficacia de la actuación, aunque no se corresponda con el indicador que queremos controlar. Mantener los sistemas de extracción de las zonas de baños en funcionamiento continuo 24 x 7, para controlar posibles infecciones vía oral-fecal (otra vía de contagio en estudio).
- Comprobar y corregir, en caso de que se pueda, que los puntos de extracción de aire del edificio, se encuentren lejos de los puntos de aportación de aire nuevo, evitando el retorno de aire contaminado.
B - Sobre los sistemas de climatización con recirculación de aire (todas las tipologías)
5. Estos equipos no son susceptibles de ser parados ya que mantienen el confort térmico, recirculan aire de forma continuada y se pueden llegar a contaminar por sedimentación sobre las paredes o batería cuando tienen ciclos de detención. Se debería aumentar la limpieza y desinfección periódica del interior de los equipos y evitar pararlos. El virus así como las partículas portadoras, tienen un tamaño muy inferior a la capacidad de retención de los filtros G3-G4 de este tipo de equipos.
6. Es importante mantener la humedad relativa entre el 40% y el 60% dentro del edificio. Tiene efectos positivos para proteger a las personas (la baja humedad inferior al 30% provoca resecamiento de las vías respiratorias lo que las hace más vulnerables a las infecciones). Además, este virus SARS Cov-2 es muy estables con humedades muy altas o muy bajas (sobre 80% y bajo 30%). Pensamos que hay muchos edificios sin control de humedad mínima (por ejemplo residencias de ancianos).
C - Mejoras en los sistemas existente
7. Instalar filtros Media - Alta Eficacia. En sistemas con recirculación de aire se puede mejorar la eficiencia y capacidad de retención de partículas de 1micra (portadoras de virus de tamaño 0.1 micra), cambiando filtros dentro de las UTAS o intercalando cajas porta filtros en la red de retorno, pudiendo hacer utilizar filtros clase F9 (> 85% PM1) que ayudan a minimizar la capacidad de infección en el aire del sistema. Este filtros normalmente se utilizan como filtros previos, para proteger los de alta eficiencia clase H13 o H14, en las llamadas salas limpias de los laboratorios, industria farmacéutica, alimentaria, hospitales, por lo que son capaces de filtrar gérmenes como bacterias y virus. Hay que tener en cuenta que este tipo de filtrado puede ocasionar un aumento de la pérdida de carga del sistema, lo que obliga a aumentar la potencia del motor del ventilador, para volver a alcanzar el punto en la curva de trabajo de caudal de aire / presión requerido.
8. Considerar la posibilidad de aplicar recubrimientos antimicrobianos en las superficies interiores de las unidades de tratamiento de aire (UTA), así como los sellados de cantos rectos interiores con silicona fungicida para una mejor limpieza. También hay que llevar a cabo una higiene estricta de UTA (bastidores, bandejas condensados, baterías, ventiladores). Como medida de prevención general, se recomienda que las unidades estén limpias y desinfectadas en el momento del inicio de la temporada, la puesta en funcionamiento o el empleo de nuevo del edificio (post confinamiento). 9. Sustituir los filtros de aire, como medida adicional, sean del tipo que sean, con más frecuencia de lo habitual. Controlar que los conductos cumplen con los requisitos de la norma UNE100012, tal como especifica el RITE, aunque no sea una medida relacionada específicamente con la Covidien-19.
D - Sistemas centralizados o autónomos adicionales que se pueden incorporar
10 Instalar cerca de puntos de aglomeración de personas (vestíbulos, salas de espera), unidades de filtración y purificación de aire, ya sean fijas o portátiles de apoyo puntual. Estas unidades deben disponer preferentemente de filtros clase HEPA (High Efficiency Particulate Air). Algunos de ellos además incorporan tecnologías complementarias de purificación (radiación ultra violeta, polarización activa, etc). Estas unidades de purificación de apoyo se deben seleccionar para que tengan una cantidad significativa de movimientos / hora del aire interior.
Aunque estas medidas, repetimos, no son específicas de cara a evitar la propagación del virus, aplicarlas en el grado más elevado posible y adecuado a la instalación de que se trata garantiza una buena filtración y purificación del aire.
Como complemento y en ese caso donde sea posible, se pueden considerar las siguientes medidas adicionales que existen en el mercado, y que cada técnico aplicará bajo su criterio:
- Instalar filtros electroestáticos donde habitualmente tenemos filtros de polvo grueso (G3-G4), como podemos ser unidades fancoils, evaporadores VRV de conductos, etc. .
- Instalar filtros de polarización activa V8 sustituyendo la última etapa de filtro tipo F7-F8 de salida del equipo climatizador.
- Instalar sistemas de luz germicida ultravioleta UV-C junto a las baterías de los equipos .Esta acción provoca la inactivación de virus y otros microorganismos a su paso por las unidades y evita la formación de biocapa entre las aletas de las baterías.
- Instalar sistemas de fotocatálisis con TiO2 (combinación del UV-C con un catalizador, que genera reactivos altamente desinfectantes, para eliminar elementos contaminantes habituales en la atmósfera.
- Ionización bipolar que tiene una buena efectividad para la eliminación de partículas
- Sistemas que se basan en generadores de Ozono O3 como desinfectante. Hay que tener especial cuidado con la aplicación porque son tóxicos en cierta concentración y no pueden ser utilizados en locales en presencia de personas.
Todas estas tecnologías no se pueden descartar siempre y cuando se demuestre su eficacia y condiciones de seguridad, por parte del técnico responsable y en función de las particularidades de cada instalación.
El inconveniente que hay que tener en cuenta de la aplicación total o parcial de estas medidas es el inevitable encarecimiento de las instalaciones convencionales, actuales o nuevas, que en algunos casos pueden aumentar notablemente las inversiones previstas inicialmente. Tal vez habría que pensar en una norma de obligado cumplimiento en lugares determinados de uso público, en los que la presencia de personas en interdistancias reducidas pueda ser importante o muy importante.