En esta semana se intenta visualizar los cambios posibles en el uso del espacio público, para mejorar la calidad del aire y reducir la contaminación. El tema de este año ha sido "Por una movilidad sin emisiones", con el objetivo de emprender medidas para llegar a neutralizar las emisiones de carbono en 2050.
Los objetivos principales de la Semana europea de la movilidad han sido los siguientes:
· Estimular un comportamiento ciudadano, en relación con el uso del vehículo, compatible con el desarrollo urbano sostenible, en particular con la protección de la calidad del aire con la consecuente reducción de emisión de gases que provocan el efecto invernadero y el consumo racional de los recursos energéticos.
· Sensibilizar a la ciudadanía sobre los impactos ambientales del transporte e informarla sobre sus diferentes modalidades.
· Impulsar el uso de los medios de transporte sostenibles y, en particular, el transporte público, la bicicleta, la movilidad a pie y los vehículos eléctricos.
· Potenciar un reencuentro de la ciudadanía con la ciudad, su gente y su patrimonio cultural, en un entorno saludable y relajado.
· Reflexionar sobre cómo afecta a nuestra salud el uso excesivo del transporte motorizado. Por un lado, la contaminación atmosférica y la congestión que generan tienen un impacto negativo sobre los sistemas respiratorio y cardiovascular. Por otra, propician el sedentarismo y la inactividad física.
La ciudadanía ya demanda vehículos ecológicos y competitivos para movernos por la ciudad de forma sostenible y con un aire limpio, ya que representa una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero y gasta el 36% del consumo de energía en España. Este hecho hará que la movilidad sostenible será mayoritaria mucho antes de lo que pensamos y con tecnologías cada vez más maduras y avanza rápidamente hacia la paridad de precios con la tradicional.
Así, de este modo, conseguiremos liberar la calle de la sobrecarga que representa el exceso de movilidad privada con modos de transporte de motor y fomentar el reparto equitativo del espacio sin que ningún medio de transporte tenga preeminencia sobre el resto. Garantizar la movilidad universal para dar prioridad a los sistemas de desplazamiento más sostenibles: la movilidad a pie, en bicicleta y en transporte público colectivo. Incorporar a los instrumentos urbanísticos y territoriales la planificación de la movilidad para reducir la demanda y el número de desplazamientos en modos de transporte no sostenibles. Y dar recursos a la ciudadanía para su movilidad sostenible y promover su participación activa y corresponsabilidad en la toma de decisiones locales.
Así nos desplazaremos de manera responsable y considerando los impactos que cada modo de transporte tiene sobre el bienestar de las personas, la calidad del entorno urbano y el medio ambiente.
La planificación de la movilidad sostenible
Un primer paso en el proceso de mejora de la movilidad en la red viaria local tiene que ver con el estudio de la viabilidad local: flujos y velocidad de los vehículos, dirección de las vías, reparto modal, grado de satisfacción de los usuarios de la vía pública, nivel de utilización del transporte público, etc. Esta información es fundamental para introducir cambios en la ordenación de la red básica a fin de que el tráfico sea más fluido y la convivencia entre todos los medios y sistemas de desplazamiento sea tranquila, segura y satisfactoria para todas las partes.
A partir de esta información, se puede avanzar en la elaboración de un Plan director de movilidad (PDM) que incluya tanto el estado del territorio actual como las previsiones de futuro. El PDM debe ser el resultado de una reflexión pluridisciplinar entre urbanismo, transportes y medio ambiente que permita poner en marcha una política de movilidad sostenible para encontrar un equilibrio entre las necesidades de las personas y las funciones de la ciudad y el conjunto del territorio .
Los planes de circulación diseñados bajo la premisa de la moderación de la circulación y mejora de la seguridad se basan en la creación de compartimentos en la trama urbana. Esta opción es la más adecuada para garantizar el equilibrio entre la accesibilidad y la calidad ambiental. Cada medio de desplazamiento debe ser integrado en una estrategia de red que recoja la intermodalidad y la continuidad de los itinerarios a fin de superponer y hacer compatibles los diversos elementos que forman parte (circulación general, transporte público, red de aparcamientos, peatones, bicicletas).
Por otra parte, el impulso hacia un modelo de movilidad urbana más sostenible y seguro pasa también para elaborar planes que integren los polígonos industriales, los centros de actividad laboral y los centros comerciales o de ocio en la red de movilidad y de accesibilidad global del municipio. Como en el caso de los planes de movilidad urbana, las actuaciones que se pueden llevar a cabo para avanzar en ella no dependen de un solo agente social o económico, sino que se han de ejecutar a partir de la colaboración y cooperación de todos los sectores implicados: industrias y empresas, personas operadoras de transporte, administraciones competentes, y personas usuarias.
Por otro lado, el confinamiento ha hecho patente las debilidades y las potencialidades desde los entornos urbanos. El coronavirus nos ha exigido un esfuerzo añadido para mejorar las medidas de seguridad en los desplazamientos tanto individuales como colectivos.
Y si no ponemos remedio, el descenso en el uso del transporte público nos dejará un aumento de los vehículos privados que se desplazan, y por tanto un empeoramiento de los niveles de contaminación atmosférica y acústica, y probablemente la saturación y colapso de las entradas en nuestras ciudades.
Debemos actuar para promover otras formas sostenibles y saludables de movernos por las ciudades en una nueva normalidad que vendrá marcada. ¿Qué medidas podemos tomar?
Pues podremos tomar entre otras medidas la movilidad peatonal, el transporte público, las bicicletas, el transporte privado a 30 km / h, movilidad eléctrica y otros: tales como nuevas tecnologías que nos permitan reducir, gestionar y programar la movilidad de una mejor manera , campañas de información y divulgación.
Desde Europa se intenta incentivar un cambio, en este caso concreto con todos los problemas de calidad del aire y de gran consumo energético que tenemos, lo que está pasando de unos vehículos que consumen mucho y que contaminan mucho a unos vehículos que tienen emisiones casi 0 o que no tienen emisiones.
A las ayudas que se han oído hablar, como el programa MOVES II con un presupuesto de 100 millones de euros para impulsar la economía y la movilidad sostenible (se ha duplicado respecto 2019) también incluyen ayudas a vehículos nuevos, porque si no todos aquellos usuarios, ya sean personas o empresas que quieran adquirir coches que no cumplen los criterios de desguace no podían participar. Al fondo estamos introduciendo al máximo coches que contaminen muy poco en el mercado.
Qué se subvenciona en este programa? La adquisición de vehículos turismo, furgonetas ligeras, motos y cuadriciclos que sean eléctricos, pila de combustible con hidrógeno, furgonetas pesadas (incluidos los de gas), minibuses, camiones (incluidos los de gas) y autobuses. -No se subvencionan los: híbridos no enchufables ni los vehículos de gas.
Se estima que el programa MOVES II generaría un ahorro en torno a los 14 ktep, con unas emisiones evitadas del orden de 40.252 toneladas de CO2.
Repensar nuestros hábitos de movilidad y evaluar los efectos positivos de los cambios que podemos introducir es la herramienta más potente que tenemos desde los municipios y la clave para avanzar hacia un modelo colectivo de movilidad más sostenible y hacer frente a la emergencia climática, creando espacios más amables, seguros, saludables y limpios.
En definitiva, más eficiente, seguro, equitativo, competitivo, tranquilo y saludable.
La oportunidad industrial y tecnológica son factores a tener en cuenta en el impulso de las administraciones por la movilidad eléctrica y la descarbonización del transporte. Es nuestra responsabilidad hacer frente la emergencia climática.
Colegio de Ingenieros Técnicos e Industriales de Tarragona
Tarragona, 5 de octubre de 2020