ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO INDICADOR DE ECONOMIA
Ruben Foguet, colegiado del CETIT y Presidente de la AEQT
No es casualidad que la convivencia entre Química y Turismo en el Camp de Tarragona haya convertido en un modelo de éxito. La reciente sentencia del TSJC sobre el Centro Recreativo y Turístico (CRT) ha podido transmitir la falsa percepción de que son sectores incompatibles, pero la experiencia demuestra que en absoluto es así.
El Plan Director de la Industria Química y el Turismo del Camp de Tarragona, en el que en 2003 la Administración y los dos sectores pusieron las bases para la ordenación y el crecimiento de ambas actividades, ha demostrado ser una herramienta útil y provechosa, que ha permitido el desarrollo en paralelo de ambos -y del territorio en general- hasta convertirse en referente partes.
Y no lo decimos como tópico: realmente es un referente, en la medida en que otros territorios han interesado a menudo sobre cómo se ha conseguido aquí que dos industrias tan diferentes -y entre las que se podría incluso ver , precipitadamente, incompatibilidad- operen a escasos metros no sólo sin interferencia sino incluso cooperante y potenciándose mutuamente.
Pero el éxito no radica sólo en haber convivido en armonía: además, este modelo para el territorio, esta apuesta dual, es un acierto estratégico, porque ambos sectores son complementarios y diversos, y en consecuencia dotan nuestra economía de versatilidad y solidez. Está quedando claro en los tiempos difíciles que estamos atravesando, y que lamentablemente han tenido efectos especialmente nocivos sobre sectores como el turístico.
Obviamente, la industria química también se ha visto afectada por la crisis, pero, al menos hasta ahora, de forma no tan acusada como la mayoría de sectores. Y además este tiempo ha permitido hacer valer su contribución social: con flexibilidad y el sobreesfuerzo solidario de sus equipos, la Química ha garantizado durante los peores momentos de la pandemia suministros esenciales para la sociedad.
Por todo ello, para que durante décadas han convivido y crecido en paralelo no sólo sin interferencias sino incluso con sinergias; porque son complementarios y por lo tanto ayudan y compensan en tiempos de dificultad; y sobre todo porque ambos son agentes comprometidos con el territorio, con su prosperidad y con el bienestar de las personas que viven; estamos convencidos de la plena vigencia del modelo.
Con el compromiso, porque estamos obligados, de seguir buscando e impulsando sinergias que den respuesta a nuevos retos como la transición energética o la circularidad de la economía. Pero no hay duda de que el nuestro es un modelo de presente y de futuro. No sólo porque en este territorio tan rico hay lugar para ambas actividades, sino sobre todo porque ambas, Química y Turismo, somos necesarias y contribuimos, cada una desde su ámbito, a hacer un Campo de Tarragona mejor.